¿En qué avión sobrevolaron el Polo Norte los exploradores Roald Amundsen y Umberto Nobile?
Actualizado:
Para apreciar la complejidad y la innovación de esta expedición, es esencial comprender quiénes eran estos hombres y cuál era su pericia.
Roald Amundsen, nacido en Noruega en 1872, pasó a la historia como el primer hombre en alcanzar el Polo Sur en 1911. Su expedición a bordo del Fram había sido meticulosamente preparada, basándose en años de experiencia de supervivencia en condiciones extremas. Amundsen era famoso por su atención al detalle y su respeto por las culturas indígenas, como la inuit, de la que había aprendido técnicas de supervivencia.
Umberto Nobile, nacido en Italia en 1885, fue un reputado ingeniero y aviador. Es más conocido por sus contribuciones a la ingeniería aeronáutica que como explorador. Diseñó y pilotó varios dirigibles, entre ellos el Norge, un dirigible semirrígido muy avanzado para su época. El Norge se utilizó en la expedición al Polo Norte de 1926.
El encuentro de estas dos personalidades excepcionales dio lugar a una colaboración sin precedentes. La expedición que emprendieron juntos fue financiada por un trío de naciones: Italia, Noruega y Estados Unidos. Esta asociación transatlántica proporcionó los recursos necesarios para adquirir y preparar el dirigible, así como apoyo logístico para la expedición.
Combinando la experiencia marítima y polar de Amundsen con los conocimientos de ingeniería aeronáutica de Nobile, este equipo logró una de las expediciones polares más audaces y exitosas de la historia.
Cuando la gente piensa en expediciones polares, a menudo le vienen a la mente imágenes de trineos tirados por perros o barcos atrapados en el hielo. Pero la expedición Norge introdujo una dimensión totalmente nueva en la exploración polar: el cielo. Este viaje no sólo logró proezas tecnológicas y humanas, sino que también transformó la forma en que pensamos sobre las expediciones polares.
Las particularidades del Norge
El Norge no es un globo cualquiera: es una aeronave semirrígida diseñada para vuelos de larga distancia. Con capacidad para 16 personas y 10 toneladas de equipo, era uno de los medios de transporte más robustos y fiables para este tipo de misiones en aquella época.
El viaje histórico
La aventura comenzó el 11 de mayo de 1926 en Spitsbergen (Noruega). Tras un despegue exitoso, el avión alcanzó una altitud de 4.000 metros y sobrevoló el Polo Norte al día siguiente. Tres días más tarde, el 14 de mayo, aterrizó en Teller, Alaska, tras haber recorrido 3.393 kilómetros en 72 horas. Estas cifras hablan por sí solas e ilustran el triunfo de la ingeniería humana sobre los elementos.
Un impacto duradero
Pero quizás el mayor logro fue menos técnico que simbólico. Era la primera vez que se sobrevolaba el Polo Norte con testigos certificados. También fue la primera expedición que cruzó el Océano Ártico en un dirigible. Esta hazaña no sólo allanó el camino para otros vuelos polares, como el del Graf Zeppelin en 1931, sino que también proporcionó datos científicos inestimables sobre temas que iban desde la meteorología hasta la geografía y la glaciología de esta enigmática región.
La expedición Norge marcó un punto de inflexión, no sólo en la historia de la exploración, sino también en el modo en que la ciencia puede combinarse con la aventura para ampliar los límites de nuestra comprensión del mundo.
También le puede interesar
ciencias
¿En qué avión sobrevolaron el Polo Norte los exploradores Roald Amundsen y Umberto Nobile?
Respuesta
Los primeros en alcanzar el Polo Norte con certeza fueron Roald Amundsen y Umberto Nobile, que lo sobrevolaron en el dirigible Norge el 12 de mayo de 1926.