¿Cuál es la montaña más alta del mundo?

El monte Everest, también conocido como Sagarmatha en Nepal y Chomolungma en Tíbet, está reconocido como el punto más alto de la Tierra, con una altitud oficial de 8.848,86 metros. Esta medida fue aprobada por las autoridades nepalesas y chinas en 2020.

Situado en el Himalaya, el Everest se encuentra en la frontera entre Nepal y la Región Autónoma del Tíbet de China. Forma parte del macizo del Mahalangur Himal, donde se encuentran otros picos notables como el Lhotse, el Nuptse y el Cho Oyu.

El Everest se formó como resultado de una colisión tectónica entre las placas india y euroasiática, un proceso que comenzó hace unos 50 millones de años. Esta convergencia dio lugar al Himalaya, elevando gradualmente el Everest hasta su altitud actual. Los movimientos tectónicos continúan, haciendo que el macizo se eleve constantemente.

La altitud del Everest se ha medido de diversas formas a lo largo de los años. En 1955, una expedición india estableció su altura en 8.848 metros, un valor ampliamente aceptado durante décadas. Sin embargo, tecnologías más recientes, como el GPS y el radar, han permitido realizar evaluaciones más precisas. En 2020, una colaboración entre Nepal y China dio como resultado una nueva medición oficial de 8.848,86 metros.

La historia del alpinismo en el Everest está marcada por numerosos intentos y hazañas. El 29 de mayo de 1953, el neozelandés Sir Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay realizaron la primera ascensión a la cumbre por la ruta sureste, en el lado nepalí. Esta expedición allanó el camino a muchas otras, convirtiendo el Everest en un símbolo de desafío y superación para alpinistas de todo el mundo.

Hay dos rutas principales para llegar a la cumbre del Everest:

• La ruta Sureste: Situada en Nepal, es la más popular debido a su relativa seguridad y a la accesibilidad del campo base;
• La ruta Norte: Situada en el Tíbet, se considera más difícil debido a las condiciones climáticas y los desafíos técnicos.

Cada ruta tiene sus propios peligros inherentes, como avalanchas, desprendimientos de seracs y grietas, que hacen peligrosa la ascensión.

La afluencia masiva de escaladores ha suscitado grandes preocupaciones medioambientales. Los campamentos base y las rutas de ascenso suelen estar llenos de basura, desde bombonas de oxígeno vacías hasta tiendas abandonadas. Se han puesto en marcha iniciativas de limpieza para preservar el frágil ecosistema de la montaña. Además, el calentamiento global está afectando a los glaciares y al permafrost de la región, alterando las condiciones de escalada y aumentando el riesgo de avalanchas.

Desde la primera ascensión en 1953, miles de escaladores han intentado subir al Everest. Según los datos disponibles hasta 2024, se han registrado más de 10.000 ascensiones con éxito, aunque la cifra exacta varía de una fuente a otra. Por desgracia, la montaña también ha sido escenario de muchas tragedias, con más de 300 muertes registradas. Las principales causas son el mal agudo de montaña, las caídas, las avalanchas y las condiciones meteorológicas extremas.

El Everest sigue siendo un icono de la majestuosidad natural y el desafío definitivo para los escaladores de todo el mundo. Su imponente estatura, su rica historia y sus retos siguen fascinando e inspirando. Sin embargo, es esencial conciliar esta búsqueda de logros con una mayor responsabilidad medioambiental, a fin de preservar esta joya natural para las generaciones futuras.

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