¿En qué ciudad se firmó el Pacto germano-soviético de 1939?

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El 23 de agosto de 1939 marcó una fecha clave en la historia mundial, cuando Joachim von Ribbentrop y Vyacheslav Molotov, ministros de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi y la Unión Soviética respectivamente, firmaron en Moscú un tratado de no agresión.

Este pacto, también conocido como Pacto Germano-Soviético o Pacto Molotov-Ribbentrop, incluía un acuerdo secreto sobre el reparto de Europa Oriental entre ambas partes.

Esta inesperada alianza entre dos potencias ideológicamente antagónicas, la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin, representó un dramático punto de inflexión y plantea importantes cuestiones: ¿qué condujo a este sorprendente giro diplomático, cuáles fueron los motivos y qué implicaciones tuvo este acuerdo, que reconfiguró el equilibrio geopolítico? Este artículo detalla el contexto, los actores clave y el impacto de esta histórica firma.

Los antecedentes de la firma del pacto

El verano de 1939 fue un periodo de tensión mundial, preludio de la Segunda Guerra Mundial. La Alemania nazi, bajo el liderazgo de Adolf Hitler, intensificó sus ambiciones expansionistas exigiendo la anexión de Danzig y un corredor en Polonia, facilitando así los vínculos entre Prusia Oriental y el resto del Reich.

Ante la negativa de Polonia, Hitler se encontró con que Francia y el Reino Unido estaban dispuestos a apoyar militarmente a Polonia. Hitler se encontró en una situación delicada, arriesgándose a un conflicto en dos frentes: al oeste, con las potencias occidentales, y al este, con la Unión Soviética.

El acercamiento entre la URSS y el Tercer Reich

En este tenso contexto, la Unión Soviética, dirigida por Joseph Stalin, se encontró aislada. Desconfiado de las democracias occidentales, que se negaban a oponerse al fascismo, y temeroso de la hostilidad alemana, Stalin trató de consolidar su posición en Europa Oriental. Contempló alianzas con británicos y franceses, así como con alemanes, ofreciendo estos últimos unas condiciones más atractivas. Para Hitler, un pacto con la URSS representaba una oportunidad de eliminar una amenaza en el Este y asegurarse el acceso a los recursos soviéticos.

La emergencia diplomática y sus consecuencias

El 23 de agosto de 1939, Joachim von Ribbentrop y Vyacheslav Molotov firmaron en Moscú un tratado de no agresión entre Alemania y la URSS. El pacto estipulaba que las dos naciones no atacarían ni apoyarían a los enemigos de la otra.

También incluía un protocolo secreto para la partición de Europa del Este: la URSS conservaría Finlandia, los Estados bálticos y Besarabia, mientras que Alemania se expandiría hacia Polonia y Eslovaquia. Este inesperado acuerdo condujo a la invasión de Polonia por Alemania el 1 de septiembre, seguida rápidamente por la URSS el 17 de septiembre, marcando el inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

La firma: Moscú, capital de lo que estaba en juego

En 1939, la firma del Pacto germano-soviético tuvo lugar en Moscú, capital de la Unión Soviética, un lugar estratégicamente elegido para subrayar la importancia y el simbolismo de este momento histórico.

La elección del lugar: ¿por qué Moscú?

Se eligió Moscú como lugar de la firma por varias razones. En primer lugar, era una forma de que la Alemania nazi reconociera el poder y la legitimidad de la Unión Soviética.

En segundo lugar, era una forma de que la Unión Soviética mostrara su confianza acogiendo a los representantes del Reich en su capital.

Por último, simbolizó el acercamiento geográfico y político entre ambos países, preludio de la división de Europa Oriental.

El Kremlin, testigo del polémico acuerdo

La firma tuvo lugar en el Kremlin, corazón del poder soviético y lugar cargado de historia y simbolismo. La elección de este lugar cerrado y secreto subrayó el carácter confidencial y controvertido del acuerdo. La ceremonia, que tuvo lugar en la sala del Consejo de Comisarios del Pueblo, fue filmada y fotografiada. Sin embargo, la distribución de las imágenes se limitó y retrasó para no ofender a la opinión pública.

Los protagonistas de la firma

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop, y su homólogo soviético, Viacheslav Molotov, fueron las figuras centrales del acto. Estaban rodeados por sus delegaciones de diplomáticos, soldados y traductores.

Los líderes de las dos naciones, Adolf Hitler y Joseph Stalin, aunque ausentes físicamente, siguieron la ceremonia desde la distancia, felicitándose mutuamente por telegrama y teléfono. Este pacto les permitió hacer realidad sus ambiciones en Europa.

Las repercusiones inmediatas del Pacto germano-soviético

El acuerdo firmado en Moscú entre la Alemania nazi y la Unión Soviética puso inmediatamente patas arriba la escena internacional. Este inesperado pacto causó consternación, indignación y preocupación en muchos países, que lo consideraron una grave amenaza para la paz y la seguridad europeas.

También desempeñó un papel clave en el estallido de la Segunda Guerra Mundial, al dar a Alemania la oportunidad de atacar Polonia sin temor a la intervención de la Unión Soviética. A corto plazo, el pacto reforzó la cooperación económica y política entre Alemania y la Unión Soviética, al tiempo que sentaba las bases de las tensiones y la desconfianza que llevarían a la disolución de la entente en 1941.

El anuncio y la reacción internacional

El anuncio del pacto germano-soviético el 24 de agosto de 1939, retransmitido por las radios alemana y soviética, dejó estupefactos a la mayoría de los países. Las negociaciones secretas les habían sido ocultadas y sus esperanzas de una alianza se habían esfumado.

Francia y el Reino Unido, que no habían logrado formar una alianza con la URSS, se sintieron traicionados. Criticaron duramente el pacto, calificándolo de complicidad con el fascismo y de violación del derecho internacional. Estados Unidos, aunque oficialmente neutral, no ocultó su desaprobación.

Por su parte, los países de Europa del Este, enfrentados a una amenaza directa, intentaron oponerse a una posible invasión. Polonia, objetivo prioritario de Alemania, preparó su defensa, mientras que los Estados bálticos, Finlandia y Rumania, influidos por la URSS, intentaron negociar su independencia.

Impacto directo en el estallido de la Segunda Guerra Mundial

El Pacto precipitó directamente el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa al facilitar la invasión de Polonia por Alemania y la URSS ya en septiembre de 1939, en virtud de su acuerdo secreto para repartirse el territorio polaco.

La reacción de los aliados de Polonia, aunque rápida, no fue suficiente para contrarrestar la ocupación alemana y soviética ni para impedir las atrocidades cometidas contra el pueblo polaco. El pacto también allanó el camino para múltiples ofensivas en Europa del Este, incluyendo la anexión de los estados bálticos y la invasión de Finlandia, revelando la naturaleza expansionista de las dos potencias firmantes.

El impacto a corto plazo del Pacto en las relaciones germano-soviéticas

En lo inmediato, el pacto fomentó la cooperación germano-soviética, tanto económica como políticamente, al facilitar el intercambio de recursos naturales y productos industriales entre ambos países. El acuerdo coordinó eficazmente las ambiciones de ambos países en Europa del Este. Sin embargo, la cooperación fue frágil, debido a objetivos divergentes e ideologías opuestas.

La desconfianza creció, marcada por las provocaciones y el espionaje, hasta que el pacto se rompió en 1941 con la invasión por sorpresa de la Unión Soviética por parte de Alemania en el marco de la Operación Barbarroja.

El Pacto germano-soviético de 1939 sigue siendo un acontecimiento fundamental en la historia del siglo XX, que marcó una sorprendente alianza entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. Firmado en Moscú, en el Kremlin, en presencia de Joachim von Ribbentrop y Vyacheslav Molotov, representantes respectivos de Alemania y la Unión Soviética, el pacto tuvo considerables repercusiones internacionales.

Sorpresa, indignación y preocupación fueron las reacciones inmediatas de muchos países ante este inesperado acuerdo. También desempeñó un papel crucial en el estallido de la Segunda Guerra Mundial, al dar a Alemania la libertad de invadir Polonia sin temor a una intervención soviética.

A corto plazo, el pacto también influyó en las relaciones entre Alemania y la Unión Soviética, fomentando la colaboración económica y política, al tiempo que sembraba las semillas de la tensión y la desconfianza que condujeron a su ruptura en 1941.

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¿En qué ciudad se firmó el Pacto germano-soviético de 1939?

Respuesta

El Pacto Germano-Soviético es un tratado de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética, firmado en Moscú el 23 de agosto de 1939.