Según el mito, ¿en qué año fundaron Remo y Rómulo la ciudad de Roma?

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Los orígenes de Roma se pierden en las brumas de la historia, un fascinante relato de mito y realidad. En el siglo VIII a.C., los legendarios Rómulo y Remo, engendrados por la vestal Rhéa Silvia y Marte, el dios de la guerra, sentaron las bases de lo que se convertiría en una de las civilizaciones más influyentes del mundo. Su excepcional aventura, relatada por célebres escribas como Tito Livio y Plutarco en sus Vidas paralelas, sigue inspirando y suscitando debates sobre los cimientos de la Ciudad Eterna.

Las Vidas paralelas de Plutarco y los escritos de Tito Livio nos sumergen en este mundo lejano. Sus relatos muestran cómo, a pesar del abandono temprano y de una infancia salvada por una loba, los hermanos lograron destronar al tirano Amulio. Esta victoria marcó el inicio de la construcción de Roma, un acontecimiento que marcaría para siempre la historia romana y, más ampliamente, la historia antigua.

Este artículo explora las leyendas en torno a la fundación de esta mítica ciudad, en un intento de distinguir entre la realidad y los añadidos mitológicos.

El mito de la fundación de Roma

El origen divino de Rómulo y Remo

La leyenda épica de Rómulo y Remo comienza con un acontecimiento sobrenatural que anuncia el extraordinario destino de Roma. Nacidos de la virgen vestal Rea Silvia y del dios Marte, encarnan la extraordinaria unión entre mortales y divinidades. Este origen místico prometió a los gemelos un papel esencial no sólo en el ascenso de Roma, sino también como símbolos de su futuro esplendor.

En los numerosos relatos de la mitología romana, algunos textos sugieren que Vulcano, el dios del fuego, fue su verdadero antepasado. Esto añade una dimensión sagrada a su historia, ilustrando la aspiración de los romanos a un linaje divino como garantía de su superioridad y derecho divino.

Los relatos de Tito Livio y Plutarco, aunque difieren en algunos puntos, convergen en esta verdad fundamental: el nacimiento de Roma fue un acto bendecido por los dioses, que predestinó a la ciudad a la gloria universal.

Supervivencia y educación por la loba

El destino de los gemelos parecía sellado cuando fueron abandonados a orillas del Tíber. Pero el destino decidió otra cosa, gracias a la intervención de una loba que los adoptó y los educó. Este sorprendente episodio, a menudo representado en el arte, simboliza la tenacidad y la resistencia de Roma.

La loba, figura de protección y afecto, encarna la esencia de la ciudad, símbolo de poder y fertilidad. La educación rudimentaria pero esencial que les proporcionó este animal salvaje dio a Rómulo y Remo las virtudes que necesitaban para sus futuras conquistas: valor, determinación e independencia, los valores fundacionales de la futura República romana.

Creciendo en este desierto, guiados por la providencia, los gemelos maduraron hasta que conocieron al pastor Faustulus. Faustulus los introdujo en la sociedad humana, marcando el inicio de su destino legendario.

El conflicto entre los dos hermanos

La creación de Roma también se vio empañada por la tragedia, con la sangrienta disputa entre los dos hermanos. Tras descubrir su noble linaje, Rómulo y Remo planearon construir una ciudad. Sin embargo, su desacuerdo sobre el nombre y la ubicación de la nueva ciudad no tardó en agravarse.

Este dramático desacuerdo culmina con la muerte de Remo, asesinado por su hermano Rómulo. Esta dolorosa historia pone de relieve los sacrificios realizados para el advenimiento de Roma. También expone las duras realidades del gobierno romano, con su soledad y sus difíciles decisiones. Con la muerte de Remo, Rómulo se encontró solo al frente de lo que se convertiría en una de las mayores civilizaciones del mundo.

La pérdida de Remo, aunque trágica, fue un paso crucial en la fundación de Roma. Simboliza el principio de determinación y el sentido del sacrificio que han sido las piedras angulares del espíritu romano a lo largo de su historia.

El año mítico de la fundación de Roma

La fecha tradicional y su cálculo

Tradicionalmente considerada como el punto de partida del calendario romano, la fundación de Roma se fija en el 21 de abril del año 753 a.C., fecha emblemática de las fiestas anuales parilias y basada en los escritos del historiador Tito Livio y otros autores antiguos. Estos últimos establecieron cronologías mediante la consolidación de reinados y acontecimientos, aunque este enfoque toma prestado más de la mitología que de la arqueología.

El desarrollo de este enfoque de datación exigió la armonización de los relatos míticos y la revisión de las secuencias históricas para llegar a una cronología sólida. Este enfoque subraya la importancia que los romanos concedían a su historia, impregnada de simbolismo y continuidad.

La fiabilidad de esta fecha es objeto de debate entre los especialistas, algunos de los cuales la consideran coherente con fenómenos o celebraciones astronómicas preexistentes. A pesar de estas controversias, sigue siendo una fecha clave para el estudio de Roma, ya que simboliza la identidad y el patrimonio de esta antigua ciudad.

Las fuentes antiguas y su interpretación

Nuestro conocimiento de la fundación de Roma procede principalmente de los textos de Tito Livio, Plutarco y Dionisio de Halicarnaso. Aunque son posteriores a los supuestos acontecimientos, estos autores nos proporcionan versiones enriquecidas de los relatos básicos.

Tito Livio describe una Roma bañada por lo divino, Plutarco ilustra los valores encarnados por Rómulo y Remo, y Dionisio de Halicarnaso subraya las raíces griegas de Roma. Explorar estos escritos requiere una lectura atenta, para separar lo verdadero de lo mítico y captar la percepción romana de su pasado.

El significado simbólico del año de fundación

Lejos de ser un simple marcador temporal, el año de fundación de Roma tiene un considerable significado simbólico. Marca el comienzo de una era que verá a Roma elevarse a la cumbre de la civilización mediterránea, afirmando su profunda conexión con su pasado legendario.

La fecha también ilustra la ambición de Roma de igualar a las grandes civilizaciones de Grecia y Egipto. Al reivindicar una herencia heroica y divina, Roma afirma su grandeza y legitimidad en el concierto de las naciones.

Símbolo orgulloso de la excelencia y la perennidad romanas, el mito de su fundación en el 753 a.C. sigue inspirando. Roma, Urbs Aeterna, permanece firmemente anclada en nuestro imaginario colectivo, testigo vivo de su edad de oro.

La importancia de Rómulo y Remo en la cultura romana

La historia de Rómulo y Remo va más allá de la leyenda para enraizarse profundamente en la cultura romana. Los gemelos, criados por una loba, se convirtieron en el emblema de Roma, simbolizando el poder de la ciudad y su origen divino. Su imagen se difundió a través del arte, las monedas y la literatura, convirtiéndose en un pilar de la identidad romana.

Su épica historia de supervivencia y triunfo ante la adversidad se convirtió en un modelo de virtud y resistencia. Los romanos vieron en su historia un ideal de valor, determinación y respeto filial que emular.

La conmemoración anual de la fundación de Roma en la fiesta de la Parilia subraya la importancia perdurable de Rómulo y Remo en las tradiciones y celebraciones que unen a la comunidad romana.

La Roma de Rómulo y la Roma histórica

Aunque la leyenda de Rómulo y Remo es el mito fundacional de Roma, la arqueología revela una historia más matizada. Los etruscos y los sabinos, entre otros, desempeñaron un papel decisivo en el desarrollo de lo que se convertiría en la antigua Roma.

La Roma histórica parece ser el resultado de un crisol de culturas, lejos de la imagen simplificada que evoca el mito. Esta síntesis de culturas y tradiciones sentó las bases de la República romana y, más tarde, de su imperio.

Esta dualidad entre mito y realidad histórica configuró la percepción que los romanos tenían de su pasado, glorificando a Rómulo y valorando al mismo tiempo la contribución de otras civilizaciones a su patrimonio.

La influencia del mito en la identidad romana

El mito de Rómulo y Remo ha influido fuertemente en la identidad romana, proporcionando un marco para comprender su vínculo con lo divino y afirmando el destino de Roma como superpotencia de la Antigüedad.

Esta narración mítica ofrecía a los romanos un lugar en un orden cósmico en el que hombres y dioses unían sus fuerzas contra el desorden y la destrucción. Este mito reforzaba la cohesión social y el sentimiento de pertenencia entre los ciudadanos, forjando un origen y una historia comunes que unían a las generaciones, consolidando así la unidad de la antigua Roma.

La historia de Rómulo y Remo va más allá del simple relato de la fundación de Roma. Resuena profundamente en la identidad romana, simbolizando los principios de fuerza, resistencia y destino divino. Estos ideales impulsaron a la antigua Roma hacia su edad de oro.

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Según el mito, ¿en qué año fundaron Remo y Rómulo la ciudad de Roma?

Respuesta

Según el mito romano, Rómulo fundó la ciudad de Roma en el emplazamiento de la colina del Palatino, a orillas del Tíber, el 21 de abril del año 753 a.C.